Fancine presenta: Vanishing on 7th Street (2010) una película de Brad Anderson. Imprevisible y sorprendente, como todo lo que viene de la mano del Señor Anderson y, además, con un comienzo inmejorable, ya que esta película arranca en un cine, como si se quisiera dar un mayor ambientillo terrorífico a los espectadores reales que han asistido a su proyección. 

Un apagón en el cine. Cuando la luz vuelve ya no queda nadie. En las calles hay ropa en el suelo, pero no viandantes. No hay nadie. Durante el día todo permanece en calma pero por la noche, en la oscuridad, algo malo ocurre. La situación  se complica si los días se acortan y se alargan las noches. 

Al más puro estilo Soy Leyenda, (pero diferente, para eso es una película de Anderson), Vanishing on 7th Street es una película fantástica en la que no existe un villano contra el que enfrentarse pero en la que, mientras haya luz, se está a salvo. De nuevo Anderson sorprende con la presentación de una película que, aunque lo parece, no trata del fin del mundo, ni de seres infectados, ni de catástrofes naturales. De nuevo Anderson trabaja con los miedos humanos más básicos y, en este caso, la oscuridad es la protagonista. Ya lo hizo anteriormente con la locura (Sesion 9, 2001), el remordimiento (El maquinista, 2004) o la sordera (El estrépito del silencio, 2006).

Poco más hay que decir de este largometraje sin desvelar parte del misterio. Vanishing on 7th Street es una especie de juego de supervivencia en el que se ven envueltos una serie de ciudadanos normales ¿cómo sobrevivir en un mundo que no es tal como se conoce? 

Lo mejor de la película: Lo que no se ve.

Lo peor de la película: Puede que decepcione a los que buscaban acción desbordarte y grandes efectos especiales. 

La frase:”No confíes en ninguna luz que no tengas en tus manos”.

A continuación un avance de Vanishing on 7th Street, la cual se recomienda no ver en la oscuridad.